domingo, 14 de enero de 2007

UN CASTILLO DE NAIPES

Hacía días que no escribía. He intentado hacerlo varias veces pero no me salía nada. Supongo que Me encontraba relativamente bien. Relativamente contento. Resulta más fácil escribir cuando te sientes triste.

Hace un rato, a eso de las 16:30, ya llevaba media hora trabajando, cuando he recibido una llamada de mi amigo Sergio. He contestado muy entuasiasta, como de costumbre, con un "heeeeeeeeyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!". Le he preguntado qué tal estaba, y sin andarse mucho por las ramas me ha contado que hacía alrededor de una hora se había muerto la madre de nuestro amigo Jose. Me he quedado sin habla. Al parecer estaba comiendo y se atragantó con un trozo de carne. Se le quedó atascado en la garganta, sin dejarla respirar y murió. Así, sin más.

No consigo quitármelo de la cabeza. Aún no he podido localizarle, no contesta al teléfono. lógicamente no es un buen momento. Así que le he mandado un mensaje. E intentaré hablar con él más tarde. No sabía lo que decirle así que le he dicho lo que sentía. Le he dicho que lo sentía muchísimo. Y que no dejaba de pensar en él, en cómo estaría. Y que me tenía para lo que necesitase cuando lo necesitase. Y le he dicho que sea fuerte, como siempre lo ha sido. Porque siempre ha sido un desgraciado, y su vida ha sido durísima. Dicen que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado. Y luego está el pobre Jose, que lleva el término "estrellado" a otro nivel.

Lo siento tanto por él. No soy capaz de encajar estas cosas. No puedo entender cómo la vida puede dar un giro tan grande y cambiar para siempre en cuestión de dos o tres minutos. Momentos como este te recuerdan lo frágil que es la vida. Lo frágil que puede ser un momento de felicidad, creado con esfuerzo, pero infinitamente delicado y vulnerable como un castillo de naipes que riremediablemente terminará desmoronándose.

Sólo puedo pensar en mi amigo, y en su madre, la noche antes. En que se irían a la cama pensando que hoy sería un día más. Esta mañana se levantarían pensando en las cosas que tedrían que hacer, incluso se sentarían a la mesa, como todos los días, ignorando que minutos más tarde ella iba a estar muerta. Es horrible. Da miedo pensar que puedes despertarte una mañana sin saber que tu vida habrá acabado antes de que haya acabado el día. Y todo lo que puedo de decir es que lo siento. Lo siento mucho.

Y espero que mi amigo deje de recibir golpes tan duros algún día.

jueves, 4 de enero de 2007

170


El centro de Madrid está literalmente abarrotado. Hay un chorreo continuo de gente que sale propulsada de las bocas de metro dispuestas a tomar los centros comerciales. Todos vamos con prisas porque estamos a dos días de la fiesta más consumista y por otro lado más estresante de las Navidades. Vamos a contrarreloj. Con toda probabilidad a estas alturas ya no conseguiría calcular todo el dinero que he gastado en los últimos días. Otros años en mi vida he disfrutado más de esto. Sin embargo, me lo tomo bien. Pese a que aún mantengo mi marcada vena consumista, contra la que llevo luchando años, soy más consciente de las consecuencias, y quizá también con el paso de los años he ido dilatando poco a poco los límites naturales de mi mente, para dejar de mirarme a mí y a mi alrededor y poder dirigir mi mirada más lejos. A lugares donde los malditos centros comerciales no brotan de la tierra como los colmillos de un jabalí, y donde las luces de Navidad no resaltan la faceta más consumista y descontrolada de quienes caminan bajo ellas.

170 son los millones de niños que en este instante se están muriendo de hambre mientras nosotros despilfarramos y malgastamos nuestro dinero. 170 millones. Imagina salir de compras y toda esa muchedumbre de gente fueran niños famélicos, esqueléticos, con las barrigas hinchadas por el hambre. No pretendo crear un sentimiento de culpa en la gente que lea esto. De verdad. La culpa no hará que esto cambie. La culpa no dará de comer a esos millones de personas. La culpa no es un buen estímulo. La culpa no mueve montañas. Pero dicen que la fe sí. Y si no es así, al menos puede hacer que un niño sea un poco más feliz. Hoy mi amiga Yolanda, a la que siempre doy la murga con estos temas, la que aparta la vista de las fotos de los niños del tercer mundo y que se dice a sí misma para no sufrir que en "su mundo" esas cosas no existen, me ha dicho que ha estado reuniendo juguetes para niños sin recursos. Algo que mucha gente hipócrita que me rodea y que se cree muy bondadosa sería incapaz de hacer. Mucha gente que dice estar rebosante de amor pero que no es capaz de dar nada por nadie más que por sí mismo o por su pareja en todo caso. Gente que con sus edulcoradas palabras recubren con miel las balas que se están cargando todo lo bueno que hay en el mundo. Por eso, para mí, hoy Yolanda ha brillado por encima de todas esas luces que coronan nuestro egoísmo y nuestra irresponsabilidad. No; éste no es un asunto de culpa. Es un tema de fe. Fe en que las personas pueden encontrar en su interior el camino a su yo más sublime. Fe en que vale la pena el sacrificio por los demás. Fe en que podemos ayudar a los demás en lugar de abandonarlos a su suerte. Para mí, la fe es actuar con la esperanza de que hasta lo improbable es posible.

domingo, 31 de diciembre de 2006

HACIENDO INVENTARIO

Bueno, como hoy me toca currar hasta las doce, y comerme las dichosas uvas en el curro, había pensado escribir algo entonces, pero como recientemente nos han capado el internet en el trabajo, me veo obligado a hacerlo ahora, recién levantado, con las legañas aún nublándome la vista y deprisa y corriendo porque en una hora he quedado para comer con mi amigo Juanjo que ha venido desde Canarias para pasar el Fin de Año, y como le quiero mucho y no le quiero hacer esperar seré breve:

He pensado como todos los años en estas fechas en todo cuanto me ha ocurrido. Os sugiero a todos lo mismo, y ya sabéis eso que dicen: Si al acabar un año piensas en todo lo que te ha pasado y no derramas una sola lágrima, ya sea de alegría o de tristeza, puedes considerarlo un año perdido.

He intentado hacer todo lo que debía hacer y he hecho todo lo que he podido. De momento me conformo con eso. Pero me he quedado con la sensación de no haber dicho algunas cosas importantes a la gente importante. Cosas que no se suelen decir. Y supongo que esta es una buena oportunidad de enmendarlo. Aquí se quedará escrito. Algunos no se lo diré. Otros no hará falta. Y otros sé que lo leeréis, y cuento con ello.

A mis padres, os quiero. Para bien y para mal, os llevo conmigo en todo lo que hago. No ha sido, como viene siendo costumbre, un buen año. He intentaros ayudado en todo lo que he podido. Y por desgracia, no creo haber conseguido mucho, pese a mi esfuerzo. Ojalá hubiera podido hacer más por vosotros. Siento que os he fallado en algunas cosas. Vosotros no lo veis así. Nadie, lo ve así, pero aún no he conseguido creerme eso que todos decís de que he hecho lo que debía. Espero poder creérmelo algún día y espero que con la llegada del nuevo año, muchas cosas cambien y otras se arreglen de una vez por todas.

Mis hermanos:

Los de sangre, os adoro. Lo sabéis. Creo que ha sido un buen año para vosotros y que lo despedís con mucha felicidad y con mucha satisfacción. Y eso me hace muy feliz. Sólo espero que las próximas veces que podamos reunirnos los tres sean por motivos más alegres. Ya sabéis que no suele darse la ocasión de estar todos juntos. Os quiero.

Los que he ido consiguiendo por el camino y todos los demás: Crisi, sabes lo importante que eres. Llevas ahí todo el tiempo. Estuviste al principio. Estuviste siempre. Yo empecé contigo. El yo de verdad. Todo lo auténtico y verdadero llegó cogido de tu mano. Ahora estás lejos pero sabes que pienso en ti en todo momento, y me siento orgulloso de ti y de que la distancia no sea suficiente obstáculo para nosotros.

Sergio, Otra vez juntos, qué mejor regalo para acabar el año. Te quiero más de lo que sé explicar, da igual todas las cosas que nos pasan, seguimos estando ahí en primera linea. Eres un hermano para mí. Dicen que a la familia te la imponen, y que los amigos los eliges tú. Es cierto que yo elegí ser tu amigo, pero nunca podré elegir no serlo. Ése es el secreto.

Hammer, te echo de menos. Al final las cosas salieron bien ein? Sé lo que te alegras y sé que te preocupaba más de lo que decías. Aunque ahora estés lejos, las cosas entre nosotros siguen siendo como antes. Sabes que sigo ahí como siempre. Tengo muchas ganas de verte.

Juanjo: te veo dentro de media hora, así q a te lo digo in person :)

I. Sólo la inicial. Tú sabes porqué y sabes que debe ser así. Lo nuestro siempre será así. Pero eso también tiene su encanto. Y será mejor que lo veamos de eselado. Qué te voy a decir a . Eres una mujer increíble. Un regalo caído del cielo. Por todo lo que es y por todo lo que pudo haber sido. Ya sabes lo especial que eres para mí. Espero que esta noche pases una noche "estupenda" con tu familia. dedícame al menos una uva. ( Sé que me dedicarás más de una).

Mi Dani, ( Charco de baba en el suelo) aaaaaaaaahhhhhhrrrrrr, ggggggggggggrrrrrrrrr, boooooooom (sonido de explosión) te quiero muuuuuuuuuuuuuuuuuuchhhhhhhhhhhhoooooooooo!!!!!!!!!

Iván, la nota un poco triste, siempre hay al menos una. Me hubiera gustado que las cosas transcurrieran de otra manera. La verdad es que no me lo esperaba. Pero a veces las cosas son así, y es mejor dejarlo estar. Sabes que me esfuerzo en estar como siempre. Pero encajar los cambios nunca ha sido mi fuerte. Espero hacerlo durante este año. No es lo que tenía en mente, cierto. Pero haré lo que pueda.

Yolanda, la divina, la sensación del año 2006. A te lo digo luego, entre risitas de complicidad, descalificaciónes al género humano, y a ser posible mientras me acaricias la oreja con tu pluma mágica o me chupas el dedo índice, uuuuuuffffff.

Víctor, tiooooooo!!!!! No sabes la ilusión que me ha hecho dar contigo, Dios bendiga Internet. Empiezo a pensar que nadie entiende lo que realmente me importa mejor que tú. Por todas las risas cibernéticas que nos hemos echado y las que nos quedan, cibernéticas y de las otras! Prometo hacer de toro alguna noche etílica, y si es en la ciudad que tú y yo sabemos... Siempre nos despedimos con un abrazo, espero verte pronto en persona y darte uno de verdad.

Borja, no puede ser que ya haga dos añitos que somos amigos, el próximo día de los Inocentes estaré preparado. Siempre pones una sonrisa en mi cara, Dios te bendiga. :)

Erika: Mi pequeñita, mi niña siniestra de San Ildefonso, I LOVE YOU. Ahora lo pienso, y me pregunto ¿Cómo pude pasar veinticuatro años sin tí?

Leti, mi rubia, ya sabes que te quiero y todo eso, ojalá te tuviera aquí. Y bueno, en realidad, ojalá tantas cosas. Empezando porque dejaras de ser tan puñetera, pero bueno, sabes que te quiero, con todo y con eso, bendito humor negro que Dios me ha dado para tomarme todo de la mejor de las maneras. De todas formas, ya sabes que entre tú y yo... nunca queda nada descartado..un beso.

Nano: que te quiero nene, ya lo sabes. Por todas las cosas que tenemos que hacer y por los 200 pavos! Sé que todo te va a salir muy bien. Estoy seguro, te lo mereces. ¿te he dicho ya que te quiero? jeje

Paula y Nuria, mis gemelas peligrosas. Dos de las mejores personas que he conocido. A la pelirroja, ya tengo ganas de verte otra vez. Tengo un corcho lleno de fotos pero tú te resistes a aparecer en él, ya me las apañaré. Últimamente hablo contigo más que con Cris, se va a poner celosona, ya sabes, todo sea llevar nuestra relación en secreto ;) eres especial, guapa. A la rubia, mi Marlene Dietrich, qué te puedo decir . Que te quiero. Aunque en realidad va más allá, Ya sabes, a no se te quiere, se te rinde culto. mmmmmmmmmmmmmmmmuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk!!!!!!!

A todos vosotros y a los que se me olvidan por las prisas y que más tarde incluíré
El abrazo más fuerte. Qué sería de mí sin vosotros.

FELIZ 2007!!!!!!!!!!!!!!!!!!

jueves, 28 de diciembre de 2006

PUNTO DE INFLEXIÓN

A veces no reparo en lo rápido que ha pasado el tiempo para mí en los últimos años. Creo que hay un punto a partir del cual, las cosas van demasiado deprisa y no nos vamos dando cuenta de los cambios hasta mucho tiempo después, cuando son evidentes. Miro hacia atrás, repasando mentalmente mi vida y las cosas que han ido ocurriendo de hace unos años hasta aquí, y no consigo discernir cuándo empezaron a ir las cosas tan en serio. No consigo adjudicar un momento en concreto para dignificarlo como "punto de inflexión", pero sí sé que debió de haber uno, y seguro que está ahí, pasando inadvertido entre la interminable secuencia de imágentes de mi pasado que desfilan a cámara rápida por mi mente. Me pregunto si alguien sabe a ciencia cierta cuál fue su momento. Porque quizá no es ése en el que coges un avión y das el gran salto, como hizo Víctor. Ni en el que empiezas a estudiar y esforzarte al máximo por conseguir el trabajo de tu vida como como hizo mi hermano, o cuando sales del armario como Crisi, o en el que símplemente sales de casa de tus padres para llevar tu vida al siguiente nivel como hice yo. Quizá ese momento se fragua en el subconsciente mucho antes que todo eso y pasa deaspercibido; puede que fuera una mañana que nos levantamos con una sensación diferente. Puede que una noche, mientras nos cepillamos los dientes nos damos cuenta de que la vida que tenemos se nos ha quedado pequeña y ya no nos vale, como si fuera un jersey encogido sacado de la lavadora.

Pienso que a veces es más fácil de ver para las personas que te observan en la distancia. Otras veces sólo puedes saberlo tú. Tengo amigos que llevan en ese momento años, como si no quisieran darse cuenta de que les está sonando la campana y deben sacar la comida del horno antes de que empiece a quemarse. Afortunadamente otros no se dejan engañar por espejismos, saben perfectamente lo que quieren y saben exactamnte el punto en el que se encuentra su vida. Y eso les hace admirables. Y les convierte en personas de gran éxito, que consiguen llevar su vida allá donde se propongan.

A veces las cosas no son ni tan sencillas ni tan complicadas como creemos; a menudo sólo dependen de la atención que le estemos poniendo.

martes, 26 de diciembre de 2006

6:00 am

Tengo sueño, estoy muy cansado, duermo poco y mi cuerpo se resiente. Intento escaquearme por las mañanas todo lo que puedo, pero parece que nunca durmiera lo suficiente. Me subo al metro, o al bus, cierro involuntariamente los ojos, y mi cabeza comienza un hipnótico movimiento oscilante, mientras me tambaleo entre la consciencia y el sueño. Mi mente echa a volar y mezcla elementos de la realidad entre sí como si fuera un caleidoscopio. Después de un rato de sopor mi mente se reviste con un mosaico de colores, caras, imágenes y sonidos ficticios, aunque yo intento salir de ahí, pero no consigo hacerme con el control de mi cuerpo.

Un par de baches en la carretera hacen que todos volemos momentaneamente dos o tres centímetros por encima del asiento. Aprovecho el sobresalto y abro los ojos de golpe como si me fuera necesario utilizar el impulso y la inercia para levantar unos párpados que ahora me pesan como toneladas. Me siento como un pequeño hombrecillo sumergido en aguas profundas y oscuras que sale violentamente a la superficie y se agarra a lo primero que pilla para no volver a hundirse. Me aferro a ese fugaz instante como a una gruesa rama con la esperanza de que me ayude a salir de las arenas movedizas. Los ojos me arden como si salieran de ellos dos enormes llamaradas.

El día comienza.

domingo, 24 de diciembre de 2006

FELIZ NAVIDAD

En pleno ataque de antinavidad, cascarrabias y medio depre, melancólico y deseando que se pasen estas fechas, pienso en la gente que quiero, y consigo aparcar momentaneamente mi típico cabreo navideño para alegrarme lo suficiente por todos los que van a sentirse felices esta noche, con su familia, pareja y amigos... Os deseo a todos mucha felicidad y todo lo mejor, de corazón.
Feliz Navidad a todos. :)

sábado, 23 de diciembre de 2006

NO SOY UNA MANCHA DE RORSCHACH


Mírame. No soy una mancha de Rorschach pero deja pasar siete segundos y la parte de tu cerebro que se encarga de expender etiquetas ya habrá establecido sus primeras asociaciones e impresiones sobre mí, esenciales e irreversibles.

Deja pasar siete días y mírame. No sabes quien soy. No sabes quien soy. Hablas conmigo, me escuchas, pero no sabes quien soy. Por favor, no leas las decenas de etiquetas que tu cerebro ha pegado sobre la fotografía en color de mi cara. Estoy debajo de todas ellas, en realidad no estoy tan lejos, sólo tienes que buscar un poco.

Deja pasar siete meses. No sabes quien soy. No sabes quien soy. No sabes quien soy. Estoy a tu lado. Estoy delante de tí. Hace meses y meses que dejaste de poner etiquetas sobre mi. No sabes quien soy. Quítame toda esa mierda de encima, no sabes quien soy.

Deja pasar siete años. No sabes quien soy. Sigo de pie, delante de ti. Sigo de pie delante de ti. Pero no me ves. Sólo ves lo que quieres ver. No sabes quien soy. No me ves como soy, sino como eres. Pero sigo ahí debajo, sigo estando ahí. No sabes quien soy.

Quizá ya sea tarde para las presentaciones.